The Other Night

by Lopuste.

La otra noche mientras dormías tomé tu mano, te acaricié por varios minutos, si bien el insomnio no me permitía dormir, disfruté cada segundo de verte ahí, tendido al lado mío, respirando como un niño, descansando como un bebé, soñando en grande como un adolescente. Son pocos los momentos en que podemos disfrutar del silencio de la noche, quietos, en paz.
Intenté muy suavemente hacerte el mayor cariño posible, sin querer interrumpir ningún segundo de tu sueño, de ese viaje que te hacía parecer el hombre más pacífico del universo, como si nada, ni nadie pudiera retirar de tu rostro ese aura de serenidad. Te quise así, pero un leve movimiento de mi mano, te hizo volver a tierra y dejar de volar por las nubes.
Te despertaste con un saltito y con un grado de dificultad intentaste sentarte en la cama, aún atontado por los minutos de tu liviano sueño.
Te volteaste, trataste de fijar tus ojos en los míos, y dijiste: “Y tú, ¿todavía estás despierto?”.
Habiéndote escuchado, como un acto impulsivo no pude evitar esbozar una sonrisa en mi rostro y recordé unas líneas que alguna vez me escribiste, decían:

“…sabes, soy vulnerable, imperfecto, mañoso, desordenado, limpio, romántico, llorón, serio, impulsivo, inseguro, impaciente, paciente, inocente y de seguro SOY muchas cosas más. Sé con todas mis ganas, que con todas esta pila de cualidades y defectos: TE AMO... en buena, transparente, sin caretas, con todo lo que soy, sin dobleces, sin misterios, sin cosas ocultas...”

Y es que en estas noches silenciosas, es cuando recuerdo nuevamente que te amo tal cual eres.

Te amo amor, gracias por seguir soñando juntos.