Cae la arena lentamente a través del vidrio, marcando tras su paso la dinámica del universo en su paso constante, sin siquiera tomarse la molestia de preguntar, sino sólo arrastrar a quienes insisten en detenerse a mirar el paisaje desdibujado por pinceladas borrosas que se entremezclan con la luz de tantos amaneceres asesinados brutalmente.
Cae mi mano sobre tu cabeza por un instante que quisiera prolongarse por horas, acaricio tu frente, me enredo en tus cabellos desordenados que cortan mis dedos, mientras una gota de sangre tiñe tus labios, el olor de tu piel aturde mis sentidos, deteniendo mi respiración por pedazos minúsculos de tiempo.
Mis párpados se cierran, mis latidos cesan, el silencio inunda este espacio invisible, esbozo una sonrisa de tranquilidad, como cuando fumas un ernome porro en la clandestinidad de lo prohibido, luego miras al horizonte, tratando de buscar una explicación para entender algo más de este orden pre-establecido.
El mar quedo atrás por Hoy, la arena pegada al cuerpo ya no incomoda, el sonido de tu voz permanece más tiempo del necesario en mis oídos como ese disco que escuchas mil veces sin llegar a aburrirte ni una sola vez...será que me acostumbro a tu presencia?.
