La herida aún está abierta...
Si miras de cerca hasta puedes ver la sangre cuajada, estancada, esperando volver a transitar, euforicamente deseando seguir su continuo viaje, sin depuraciones pasajeras, sin cambios de dirección.
La piel comienza a cicatrizar, paulatinamente comieza a adherirse al hueso, como sin un hilo invisible cosiera lo que estaba alienado tras el quiebre.
Sientes el vaivén? las pequeñas ondulaciones del universo flaquean ante tu presencia, como si una especie de virtud engrandecida encegueciera al mismo sol, mientras los árboles pierden sus vestidos, quedando desnudos, expuestos, vulnerables al impetú de una fuerza desconocida que insiste en repetir la misma escena una y otra vez, volviendo monotona la sorpresa y vacío el contenido.
Sientes el silencio? Toma tus cosas y lárgate!. No intentes retener nada, no quieras arrancar nada de esta habitación, todo permanecerá en perfecta concordancia con el esquema, no se moverá ni una sola pieza del puzzle, no te lleves el barniz, ni tampoco el color. El blanco y negro torturará la imagen como una fotocopia gastada por los años.
Ahora callemos, es mejor mantener la ausencia ante el tumulto.
